TEtl secretario general del PSM, apagó definitivamente la sonrisa del régimen , la apuesta personal de José Luis Rodríguez Zapatero , tras una dura campaña electoral que se ha prolongado durante siete semanas en la que ambos candidatos se han cruzado todo tipo de lindezas y se han tirado de los pelos por todas las cadenas. Eso sí, en plan disimulón...

Se cierra así un proceso que se inició a principios de agosto, tras la reunión clandestina de un desconocido Tomás Gómez con Rodríguez Zapatero, que apostaba fervientemente por Trinidad Jiménez , a la que una encuesta cocinada daba más posibilidades que a Gómez de ganar a Esperanza Aguirre .

Durante toda la campaña Gómez ha insistido en que las elecciones internas "fortalecerían" al partido socialista madrileño, pero después del recuento de votos- mañana será otro día de vencedores y vencidos en un escenario donde Gómez venció a Jiménez por 51,71% de los votos, frente al 48,80%, en unas elecciones internas que contaron con una alta participación.

Durante todo este tiempo Tomás Gómez pasó del anonimato a tener una presencia mediática extraordinaria para después darle un zapatazo a Zapatero, al ministro del Interior Alfredo Pérez Rubalcaba , y al de Fomento y número dos del partido, José Blanco , quienes expresaron su apoyo a Trini, la perdedora, en un proceso que dividió las direcciones federal y madrileña del PSM.

Algunos en el partido socialista comentan a hurtadillas que a Zapatero lo ha mirado un tuerto. El paro sigue siendo insoportable, sus compañeros de los sindicatos no le dan cariño --muy al contrario, le hacen una huelga--, y The Wall Street Journal destapa que los apuros económicos de los ayuntamientos complican el compromiso del gobierno Zapatero en reducir el déficit al 3% en el 2013.

En el affaire Tomás Gómez-Zapatero, como en los amores queridos, unos y otros perdonan a sus enemigos, pero sin olvidar sus nombres. Y en los amores reñidos, ya se sabe, siempre pierden quienes se entrometen. Al final el mejor candidato para Zapatero era Tomás y este ha jurado amor eterno a Zapatero, prometiendo gobernar como él- ¡Que Dios coja confesados a los madrileños si semejante amenaza se cumple! Por cierto, ¿qué fue de Jaime Lissavetzky , el otro favorito de Zapatero?