WAw yer comenzó en Cáceres una nueva edición de Agora. El debate peninsular , la reunión periódica que organiza la Junta para discutir cómo estrechar los lazos de la región con Portugal. En esta ocasión, en el encuentro participan dos de los más señeros europeístas ibéricos: los expresidentes Mário Soares y Felipe González, artífices de la incorporación de ambos países a la Unión Europea.

Sus discursos son gratos a los oídos extremeños: abogan por una mayor integración de los estados que conforman la UE; alertan acerca de lo fácil que se alcanzan acuerdos sobre asuntos episódicos mientras que las decisiones sobre aquellos otros que verdaderamente importan en orden a crear una auténtica unidad política (política exterior, energética, de inmigración...) son abordadas con reticencias infinitas... La Unión necesita más unión, vinieron a decir Soares y González, y ese mensaje es compartido por la sociedad extremeña. Esta región debe mucho a Europa y, consecuentemente, quiere que aquello que la ha beneficiado sea cada vez más fuerte. Por eso también se entiende la idea que lanzó ayer Rodríguez Ibarra, la de intentar crear "eurociudades", que es una fórmula de colaboración transfronteriza (indicó que podían impulsar esta fórmula Badajoz --seguramente, con Elvas-- y Valencia de Alcántara, del lado español) surgida de la idea de que el futuro será mejor si se aborda con proyectos conjuntos que beneficien a ambas partes y sin reparar ´de qué lado´ de la raya se está, sencillamente porque no hay raya.