En Moraleja un profesor ha sido agredido. La consecuencia es que el profesor está de baja y los alumnos se quedan sin clase hasta que manden un profesor nuevo que le sustituya. El agresor ha sido denunciado y la justicia verá qué resuelve con él, desgraciadamente el sistema educativo ya nada tiene que hacer con él.

Pero la sociedad se resiente, los profesores en un comunicado han mostrado su malestar y piden a la Administración el necesario amparo. Se han manifestado para mostrar su disgusto. Pero no quieren que el juicio que les merece dicho sujeto se generalice. Reconocen que nada parecido había sucedido antes. Saben que la comunidad educativa les valora, que la inmensa mayoría de madres y padres, alumnas y alumnos del centro reconocen el esfuerzo de los profesores en su labor educadora. No quieren que el hecho repercuta en su relación con todos los sectores de la comunidad.

La respuesta del claustro da una medida exacta del nivel de responsabilidad y de profesionalidad del profesorado, no sobredimensionan el problema. Están tristes, como estamos todos los docentes cuando se producen acontecimientos de este tipo, pero no culpan a quien no tiene culpa.

Los docentes trabajamos por y para la educación y la convivencia, intentando inculcar valores a los alumnos donde cualquier discrepancia tendría cabida siempre y cuando el diálogo y la palabra sean los únicos vehículos para convencer a los demás de nuestras ideas y donde la única fuerza que se permite es la de la palabra. Nunca consideraremos válida la defensa de cualquier idea con la violencia.

Todos los docentes solicitamos y exigimos que se aplique la ley con toda su fuerza ante este tipo de hechos para poder percibir el respaldo de la Administración y para poder desarrollar nuestro trabajo en unas condiciones dignas.

Por último quiero recordar a nuestro compañero agredido, así como a todos los demás, que están pasando o han pasado un momento (permítanme la expresión) jodido . A ellos quiero mandarle mi apoyo y solidaridad, esperando que estos momentos pasen pronto y que se recupere y recobre la ilusión para continuar con su labor educativa que estoy seguro es lo que quiere y le gusta.

Fernando Calvarro Acosta **

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