En la primera semana de la Tribuna del Agua en ExpoZaragoza 2008, y dentro del área temática Agua y Tierra , se ha debatido intensa y profundamente sobre la importancia del agua como vehículo imprescindible para conseguir la suficiencia alimentaria para todos los habitantes de la tierra.

Aunque en determinadas áreas de nuestro planeta puede constatarse la producción de excedentes de alimentos, la realidad globalizada es que una buena parte de la población del planeta carece de ellos: la FAO en 2004 evaluaba en unos 850 millones de personas las que padecían malnutrición y hambre por falta de una alimentación suficiente. Desgraciadamente y debido a la evolución al alza de los precios de los alimentos básicos, esta cifra debe de haber aumentado desde entonces.

Ya en el año 2003 un estudio de la FAO titulado World Agriculture: Towards 2015/2030 nos alertaba de que para asegurar un nivel de alimentación adecuado para los 8.100 Millones de habitantes que en el año 2030 constituirán la población mundial, sería necesario que en el período 1998--2030 la producción en regadío, en una muestra de 93 países en vías de desarrollo, se incrementase en un 81%, aunque este incremento habría de conseguirse aumentando solamente un 23% la superficie de tierras de riego y un 14% los recursos hídricos necesarios para conseguirlo.

XDE TODOx lo anterior puede concluirse que para poder alcanzar los objetivos marcados por la FAO es imprescindible mejorar la productividad del agua, por lo que es preciso incrementar los rendimientos de los cultivos y también la eficiencia del riego. Como metas a alcanzar a nivel mundial en este incremento de la productividad del agua, y referido a países desarrollados, están las de producir 0,57 Kg. de arroz con 1 m3 de agua, en lugar de los 0,47 Kg. actuales e incrementar en otros cereales la producción de 1 Kg. por m3 de agua actual hasta 1,32 Kg.

Vemos que para asegurar un abastecimiento alimenticio suficiente para la población de la Tierra, la agricultura de regadío se revela como un elemento fundamental. Ahora bien, el uso de los recursos hídricos para el riego ha de hacerse en términos de la mayor eficiencia en su utilización por lo que es indispensable mejorar la tecnología del riego en todas sus facetas. Pero, por otra parte, esta mejora tecnológica hay que acompasarla con un uso de inputs agrícolas, especialmente de fertilizantes y fitosanitarios, de modo que aumentando los rendimientos de los cultivos, sea respetuoso con el medio ambiente y en particular con los ecosistemas acuáticos.

Este incremento de productividad del agua en el regadío permitirá que la obtención de los alimentos necesarios para los seres humanos que habitamos el planeta, se consiga con la menor afección a las zonas de bosques, es decir con el mínimo de deforestación y, por tanto, en las mejores condiciones de lucha contra el cambio climático en el que, según parece, ya estamos inmersos. Aunque no ha de olvidarse que también los regadíos actúan como importantes sumideros de CO2.

En este contexto es preciso tener en cuenta la disponibilidad de agua por habitante en los diferentes lugares de la Tierra. Así en España con unos recursos renovables anuales evaluados en 111 km3 de agua y una población estimada en 46 millones de personas, la disponibilidad teórica es de unos 2.400 m3 /hab/año. El mismo ratio da para la India un valor en el momento actual de 1.700 m3/hab/año (el nivel mínimo preciso en esta nación para asegurar las necesidades de abastecimiento, saneamiento y alimentación). Para este país, en el horizonte 2020, se estima una disminución en esta disponibilidad ya que, debido al aumento de población, aquélla se situaría en unos 1.100 m3/hab/año muy por debajo del umbral mínimo necesario. Para soslayar esta situación de penuria de agua en el futuro, las autoridades indias han diseñado un proyecto de interconexión mediante canales de 46 ríos principales del país, que conllevará una inversión de unos 200.000 millones de dólares.

Y como final de estas reflexiones sobre el agua es de gran interés el análisis de las recientes manifestaciones realizadas en Zaragoza por el Coordinador de la Oficina de las Naciones Unidas para la Década del Agua, afirmando que Europa padece un déficit de infraestructuras hidráulicas para garantizar el suministro de agua potable durante períodos prolongados de sequía: mientras en California tienen capacidad para embalsar agua y sobrevivir a una sequía de 900 días, en Europa más de 60 días sin lluvia darían lugar a problemas de abastecimiento. Afortunadamente este déficit en las infraestructuras hidráulicas no afecta gravemente a Extremadura ni a otras regiones de España, aunque algunas otras sí lo padecen en mayor o menor grado. Respecto a nuestra región, su tipo de clima y el cambio climático aconsejan estar atentos y no bajar la guardia en la ejecución de nuevas infraestructuras de regulación de recursos hídricos para poder resolver con anticipación posibles problemas. Pero debemos tener siempre presente que lo más importante en orden a adecuar la demanda a la oferta de recursos hídricos, es que, en todo momento, los usuarios hagamos una utilización eficiente y responsable del agua.

*Director general de Infraestructurasy Agua de la Junta de Extremadura.