Europa impulsa que cada año una de sus ciudades se convierta en capital de la cultura europea, pero no está dispuesta a sufragar el acontecimiento. Ese es el último mensaje que el Ministerio de Cultura ha lanzado a las ciudades candidatas, entre ellas Cáceres. "Eso de que el dinero cae de Europa ya pasó a la historia", ha declarado a este periódico Fernando Gómez Riesco, subdirector general de Cooperación Cultural. De hecho, la aportación directa de la UE a la que obtenga el título de Capital Cultural Europea en el 2016 será de 1,5 millones de euros.

Se trata de un jarro de agua fría. También un reto, señala animosamente la alcaldesa. Un reto para que cada ciudad que aspire al galardón logre aunar compromisos y patrocinadores que sufraguen el programa. En estos momentos, sin embargo, ese reto es un obstáculo más para la ciudad extremeña, que apenas cuenta con empresas que patrocinen actos para el 2016, y las que tienen pagan en especie. Si, como afirman los concejales Vela y Nevado, con buena lógica, un proyecto es visto por Europa con mejores ojos que otro si combina la financiación pública y privada del programa de la capitalidad, la candidatura de Cáceres debe ponerse a trabajar de inmediato porque parte de una situación de desventaja, dado que en Extremadura no hay mecenas privados (¡quien tuviera el Banco Santander detrás, como lo tiene la capital cántabra!). De cualquier modo, sería injusto que la capitalidad se escapara por la procedencia del dinero que sustenta el programa que por el programa mismo.