Ha sufrido tantas vejaciones el pintor y escultor Agustín Ibarrola Goicoechea (Caserío de Ariz, Vizcaya, 18-8-1930) que bien se merecía el homenaje que recibió ayer de la plataforma Basta Ya, a la que pertenece. Los terroristas suelen ensañarse con la obra de Ibarrola, porque saben que así le parten el alma. Nada menos que cuatro veces en los últimos cuatro años han atentado contra el Bosque de Oma, un conjunto de 500 árboles pintados por este artista, que goza trabajando directamente sobre la naturaleza. Ibarrola español, Gora ETA, ETA mátalo, Faxista, etcétera, son algunos de los mensajes que los bárbaros grabaron en unos cuantos pinos. Otros fueron simplemente embadurnados o talados. Además, han apedreado su casa y destruido esculturas de sus exposiciones.

Pues bien, según Ibarrola, las autoridades del PNV nunca se solidarizaron con él. No es extraño que cada vez sea mayor la inquina entre unos y otros. Como viejo militante comunista que sufrió la cárcel, no se reprime lo más mínimo: "En tiempos de Franco luchamos contra el fascismo y hoy tenemos otros fascistas muy parecidos (...) Los actuales dirigentes nacionalistas están produciendo una ideología y una estrategia absolutamente nazi".

¿Qué pasa en Euskadi para que a un vasco como Ibarrola, que hace años alentó el movimiento de las ikastolas, le acusen de antivasco?