Bajo estado anímico". Así es como se encuentra oficialmente la soprano Ainhoa Arteta Ibarrolaburu (Tolosa, Guipúzcoa, 24-9-1964) a causa de la separación de su segundo marido, el barítono estadounidense Dwayne Croft, con el que hace tres años tuvo una hija. Arteta vive tan a fondo los personajes que interpreta (no en vano hizo tres cursos en el Actor´s Studio de Nueva York) que le resulta imposible, por lo visto, encararse a Croft en un dueto de La traviata que ambos tenían que representar en el barcelonés Palau de la Música.

La protegida de Plácido Domingo empezó a ser alguien en el mundo de la ópera cuando ganó en 1993 el premio del Metropolitan neoyorquino, en donde un año después triunfó con La boh¨me. Pero quien resultó vital para ella fue su padre, un experto aficionado a la música, que dirigía un coro que había formado en Tolosa. Cuando Ainhoa tenía 12 años, el aita Arteta le descubrió una voz con una tesitura muy amplia y la cuidó al máximo "Nunca me perdonó una hora diaria de música con él", recuerda ella, que tampoco ha olvidado que le regaló el primer disco de ópera y hasta una guitarra. Cuando otras chicas de 18 años sólo pensaban en su presentación en sociedad, Ainhoa se fue a estudiar a Italia con los mejores profesores. En 1987, becada por el Gobierno vasco, marchó a Nueva York, donde fijó su residencia.