Jefe de Comunicación de Tony Blair, el periodista Alastair Campbell (Keighley, Yorkshire, Inglaterra, 25-5-1957) ahora está en horas bajas. Sigue en el cargo, pero sin la fuerza que tuvo y que le llevó a ser calificado como el segundo hombre más poderoso de Gran Bretaña. Organizador de una potente oficina mediática, sus sugerencias eran órdenes para los ministros y sus enfados con la BBC y los más notables medios periodísticos ingleses resultaban preocupantes.

Autor de cínicas frases sobre la profesión informativa y siempre dispuesto a adoctrinar a los informadores parlamentarios, la guerra del Irak y las repercusiones de la muerte de David Kelly le han puesto en una posición aún más incómoda.

Hijo de un veterinario rural, Alastair Campbell estudió lenguas en un colegio de Cambridge y aún universitario escribió historias pornográficas para una revista; luego fue reportero para Daily Mirror y Sunday Mirror; con 29 años de edad dirigió la experiencia fallida del Sunday Today; volvió a sus antiguos diarios como responsable de política y columnista, y en 1994 conectó con Tony Blair, cuando éste aún era jefe de la oposición. Con la victoria laborista de 1997 se convirtió en la mano derecha de Blair y presentó todo lo que hacía bajo tan favorables aspectos que sus medias verdades inducen a pensar que son mentiras.