María Dolores Valiente, de 59 años y natural de Coria, fue encontrada cadáver el pasado sábado en el cuarto de baño de su domicilio, una vivienda social de la Junta en la calle Germán Sellers de Paz, del barrio cacereño de Aldea Moret. Vivía sola. Según uno de sus tres hijos, vecino de Ciudad Real, hacía mes y medio que no contestaba a sus llamadas. Cabe pensar que ese era el tiempo que llevaba muerta.

Las ciudades pequeñas, como las extremeñas, tienen a gala no ser escenario de sucesos que ponen de manifiesto la vida solitaria de muchos de sus habitantes. Es un lugar común pensar que aquí "nos conocemos todos" o al menos que entre nosotros se establece una relación de vecindad que impiden que pasen inadvertidas ausencias prolongadas.

Por desgracia, este suceso muestra que no siempre es así, que también aquí, en un barrio como Aldea Moret, hay historias asimiladas a las que ocurren en esas grandes urbes, desalmadas y de vida dura, en la que cada cual va por la vida sin mirar a ver qué le ocurre a su vecino y sin importarle qué le ocurra.

Nadie echó en falta a María Dolores en la calle Germán Sellers. Así estuvo un mes. Su silencio tardó semanas en escucharse.