WEwl Ministerio del Interior inicia mañana en toda España, coincidiendo con la reanudación del curso escolar, el despliegue policial para luchar contra la venta de drogas a menores en las inmediaciones de los centros donde estudian. Se han diseñado zonas de riesgo y colaborarán las policías autonómicas y locales. Doscientos agentes realizarán esta tarea en Extremadura. Hay motivo para reimplantar esta vigilancia: el acceso a estupefacientes como el cannabis, la cocaína y la heroína es cada vez más precoz y la adicción aumenta con más frecuencia.

La ofensiva de vigilar el entorno de los colegios y los institutos es positiva. Tranquiliza a los padres de los alumnos y advierte a los traficantes del menudeo de que no tendrán tantas facilidades para colocar su mercancía. Será tanto más eficiente cuanto con más inteligencia se aplique, evitando que los alumnos asocien su entorno escolar con un riesgo añadido. Y de paso minimizará la tentación de equiparar la falta de vigilancia policial con la tolerancia social hacia el consumo de drogas. La disuasión ayudará a combatir la distribución de estupefacientes entre criaturas desinformadas, pero el remedio más eficaz está en que en el aula se reafirme el convencimiento, aprendido en la familia, de que no se puede construir una vida a partir de la droga.