La especulación en los precios de los alimentos frescos tiende a amainar después de que el Gobierno central anunciara su intención de investigar las causas de la brutal diferencia que existía entre lo que cobraban los agricultores y lo que pagaban los consumidores.

El último informe realizado por el Observatorio de Precios de Extremadura, creado por la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) y la Unión de Consumidores (UCE), determina que el comportamiento de los precios se ha estabilizado, con pequeñas bajadas de precios en algunos alimentos frescos, como la patata, el tomate o la naranja. Sin embargo, los agricultores extremeños aún consideran escasos los beneficios que obtienen por sus productos, de tal modo que desde que sale de sus explotaciones hasta que llega al consumidor los precios aumentan por encima del 200%, con extremos como el de la naranja, cuya diferencia ronda ya el 400%. Pese a que la evolución de estos precios tiende a corregirse lentamente, resulta obligado perseverar en la investigación para conocer en qué momento de la cadena se ha producido el ´engorde de precios´ al tiempo que identificar a quienes se lucran con estas subidas. Sólo así se podrá garantizar que este tipo de circunstancias puedan volver a repetirse.