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Más que venta, propaganda, que es lo que viene a decir el concejal de Hacienda de Badajoz con las rebajas previa a votaciones. Eso sí, las de las rebajas a familias numerosas tiene un coste para el ayuntamiento de 18 millones de pesetas, gracia de la que se van a beneficiar notarios, directores de banco, banqueros y dos o tres familias gitanas que hacen el kamasutra en casa. Con razón nos dice que no es una bajada de impuestos, sino una ayuda a mi gran amigo Luis Plá. Con esto espera Monterde que los que no han pagado nunca, comiencen a pagar, aunque alguno debe estar para sopitas.

Pero donde no hay una verdadera bajada de impuestos es en el agua, que sería lo democrático, sino de pantalones, incluidos los pobres constructores e inmobiliarias, o sea los amigos de los futuros pisos que generen los terrenos de Ramírez del Molino, para que no tengan prisas en venderlos, y puedan aguantar tres años bonificándoles la propiedad, y puedan subir los precios sin el agobio de pagar el IBI. Tres años nada menos. Esto es de jamón, o de una buena mariscada en Lisboa, o un piso en buenas condiciones.

Dentro de la chapuza nacional todo cabe y así asegura Fernández Ordóñez que este tipo de ayudas lo que hacen, a la larga, es perjudicar el sistema más que beneficiarlo, como pasa con los impuestos indirectos. En el colmo de la locura, ocurre que muchas veces no se sabe lo que se dice, como cuando este mismo concejal echaba la culpa de la carestía del agua en la ciudad a que las subidas eran debidas al incremento de los costes, un 39%, y al coste de la vida, otro 29%, y eso desde el año 1996; es decir, desde que llegó el PP y el señor Rato, que con razón don Ramón Aguirre hizo de Woody Allen en Toma el dinero y corre, con el acta de diputado por el PP, que salió corriendo al Banco de Crédito Local.

Por favor, estén atentos, porque puede no pararse aquí y en plena desesperación de sondeos, te ofrezcan un mes en Punta Cana con niñas de placer o unos bonos para comprar el pan, u otras banalidades.

Hay que estar preparados para todo, incluidos llantos y crujir de dientes.