Una vez más, los servicios de inteligencia norteamericanos han intentado remover sus neuronas. Esta vez para alertar al mundo de un ataque inminente de Al Qaeda. No les bastó a los EEUU con expoliar Afganistán con la excusa de intentar aniquilar a Bin Laden (y yo que creía que el opio del pueblo era para el fútbol-). No les bastó con soltar el bulo de las armas de destrucción masiva en Irak para que Halliburton chupase su oro negro. Ahora, con la crisis mundial (provocada inicialmente por ellos), lanzan otra cortina de humo, esta vez para que los turistas no vengan a Europa. ¡Bravo! Yo también quiero ser del servicio de inteligencia, vamos a probar- va a haber un atentado, muy trágico, de aquí a un par de años, ¿y dónde va a ser-? En la bola azul (a excepción de los EEUU claro-). Vaya solución más brillante para reactivar su economía turística y arruinar la nuestra. Sueltan un mensaje sin ninguna concreción y se crea el pánico.

¿Pero a esta gente qué les ponen en las hamburguesas? ¿Cómo se puede alarmar a la sociedad de esta manera? Con esto no quiero decir que las amenazas sean infundadas, pero aquí veo una mano negra que ha decidido crear una paranoia mundial en la que únicamente se salvan los EEUU (casualmente los artífices de la alerta). Y para que nos comamos más la cabeza dicen que los atentados pueden ser inéditos en su planificación. ¿Inéditos? ¿A ver si Al Qaeda va a estar planificando matar a todos los policías de Nueva York envenenando con arsénico los Donuts?

Rafa Zamora Sancho **

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