Una médico de familia colgó en su consulta esta advertencia: cuanto mejor esté tu casa, peor estarás tú. Reflexioné sobre ello cuando leí que una mujer había fallecido víctima de la conjunción asesina del amoniaco, la lejía y el asma, tras limpiar durante dos horas la cocina. No conozco los pormenores pero, sin afirmar que esta fuera la circunstancia, seguro, amigo lector, y más como el mundo es ansí, amiga lectora, que usted ha sido víctima alguna vez de esos episodios enfermizos en que sucumbe ante el orden compulsivo y la llamada imperiosa del hogar, cuando cada cosa tiene que estar en su sitio y el brillo y la pulcritud se convierten en objetivo final de la vida toda. El hogar es como los nacionalistas, insaciable, y una vez cedemos a su primera exigencia, no habrá vajilla bastante brillante, ni colada satisfactoriamente blanca, ni armario convenientemente ordenado, ni madera aceptablemente encerada. Y paro, porque no quería escribir sobre el hogar, ni sobre los nacionalistas, sino sobre el amoniaco.

Goza esta sustancia de mala prensa, aunque ya se está desmontando su leyenda negra, tanto en productos de peluquería como de limpieza, donde goza de gran prestigio el limpiador amoniacal. Según la wiki, se trata de un gas incoloro de olor nauseabundo, aunque esta opinadora, cuando ejerce de limpiadora, se siente a la vez repelida y atraída por él. ¿Qué les dije sobre el oscuro objeto de deseo de las labores domésticas? Pero resulta que tiene otras utilidades. Y es que ese líquido que abrillanta los cristales, no dopa pero estimula el cuerpo y el cerebro. Según el presidente de la federación aragonesa de halterofilia, ayuda a limpiar la mente, produce mayor concentración, y provoca una fuerza máxima compactada.

Compactados o no, los rusos lo usaron para vencer a España y poner en apuros a Croacia. Será legal, pero a una le parece una trapacería sin más. Amén de que irrita los pulmones, y la nariz y puede provocar vómitos y sangrado. Considérenme pusilánime, pero sincera y desesperadamente no se me alcanza cómo está permitido semejante disparate.