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El caso de los gemelos negros nacidos en el seno de una familia blanca causó gran revuelo. Ahora la magistrada británica se contradice en su sentencia. Decreta como padre legal al accidental donante de esperma, pero admite que la familia de los niños es la de sus padres blancos y declara madre legal a la madre biológica. El absurdo jurídico está servido: padre y madre legales, cada uno con otra pareja.

Los hijos, en reproducción asistida, no son estrictamente de los donantes de gametos (voluntarios, anónimos o accidentales), son siempre de la pareja o mujer sola que desde la ilusión han decidido tenerlos. Debe separarse propiedad de los gametos del proyecto parental de filiación. Los hijos no son propiedad de nadie. En todo caso deberían ser sólo amados.