El Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura aprobó ayer el Decreto sobre la trazabilidad de las uvas y las aceitunas sin transformar para luchar contra los robos en el campo, garantizar la seguridad alimentaria y apoyar la colaboración entre las administraciones y las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. El Decreto incluye no solo el control sobre el origen, sino también sobre el destino final de los productos, ya sean almazaras, cooperativas o puntos de venta privados siempre que superen los 25 kilos, pues por debajo de esta cifra se considerará que van destinadas al autoconsumo. Se trata de una medida demandada que viene a poner trabas a los robos indiscriminados en el campo. No en vano, en la pasada campaña se saldó con más de 500.000 kilos de aceituna sustraídas en Extremadura. Aunque son evidentes las incomodidades que tendrán que sufrir los agricultores y productores, sobre los que va a recaer buena parte de la responsabilidad de acción llevando toda su cocumentación en regla, al menos se dan instrumentos a la Guardia Civil para velar porque lo transportado tenga un origen lícito para que pueda ser recepcionado por su destinatario.