El miércoles pasado asistí en el Gran Teatro a un concierto extraordinario de la Orquesta de Extremadura donde la polisemia del adjetivo nunca fue tan patente. Extraordinario porque se presentaba fuera de la programación ordinaria de la OEX y del Gran Teatro. Algunos amigos entraron en la página Web de ambos y no encontraron mención alguna de él. No gozó de la deseable promoción aunque se anunciara en este periódico ese mismo día y Europa Press se hiciera eco de la sucinta nota de prensa de la Orquesta. Extraordinario además en su acepción de magnífico para los que tuvimos la rara suerte de enterarnos por un escueto y tardío mensaje en el móvil del acontecimiento exquisito, valioso y a la par barato, al alcance de tantos, que hubieran ido si se hubieran enterado. Un evento de lujo en esta época de penurias materiales y espirituales donde parece que va a desaparecer no ya lo prescindible, sino lo esencial.

Mas el concierto fue también algo penoso. Porque pese a la extraordinaria calidad y maestría de los músicos y la autoridad y talento del director, el maestro Miguel Guerra , que ha dirigido orquestas como la Nacional de España o la de RTVE, el Gran Teatro estaba medio vacío. Y cuando la existencia misma de la OEX parece amenazada, resulta especialmente doloroso que no se divulgara con mayor eficacia. Mal podrá permanecer lo que no se conoce ni publicita por mucha que sea su calidad. No depende de la profesionalidad de los músicos. Sí de la gestión, que incluye el saneamiento económico, pero también la divulgación. Nuestra Orquesta no es un lujo prescindible sino una prioridad cultural, pero buscar apoyos empieza por apoyarse a sí misma. Es la gran desconocida. Porque es cierto que "Nadie debería perderse la música barroca. Siempre relaja, anima y alienta al espíritu hacia el esmero", como la propia OEX decía, este desperdicio de belleza no se debería repetir. Hubiera servido un enorme cartelón en la fachada del teatro, avisar con mayor anticipación o invitar a los institutos. Es una cuestión de imaginación, de dinamismo y de interés.