TUtna de las asignaturas pendientes de este país ha sido siempre el reconocimiento de los empresarios y empresarias individuales --generalmente afiliados al régimen de trabajadores autónomos de la Seguridad Social-- en lo concerniente a sus derechos, históricamente olvidados, demostrándose una vez más la sensibilidad del gobierno de Zapatero para con las demandas sociales y las reivindicaciones históricas de los colectivos más desfavorecidos.

Está claro que la unión hace la fuerza y en este sentido, las organizaciones de empresarios y empresarios autónomos que han venido trabajando en los últimos años en pro de la defensa de sus intereses y de la búsqueda de la justicia social, que por derecho propio les correspondía, han conseguido movilizar al gobierno socialista --como no podría ser de otra forma-- hasta lograr lo que ahora se perfila como anteproyecto de ley del estatuto del trabajador autónomo, que a buen seguro y con el apoyo mayoritario de los grupos parlamentarios se convertirá en una realidad en los próximos meses.

A partir de ahora y en comunidades como Extremadura en las que parece que predominan las empresas individuales, esta nueva ley va a permitir incrementar de sustancialmente el tejido empresarial, conjugándose de manera integral las ayudas existentes en la actualidad para este tipo de empresas con el nuevo escenario social, y con el ritmo de crecimiento económico que experimenta nuestra región. Es una muy buena noticia para la economía de este país y una oportunidad para el autoempleo y la disminución del paro, y sobre todo una puerta abierta para el desarrollo empresarial de las mujeres y los jóvenes, a mi modo de ver, los más beneficiados de tan añorada ley. http://felipesanchez.bitácoras.com

*Técnico en Desarrollo Rural