Con algunos años de retraso, los arquitectos españoles parecen darse cuenta de que existe un problema de la vivienda en España, y que va en serio. Pero los debates son útiles cuando sirven para corregir políticas equivocadas y plantear alternativas, el que se desarrolla ahora llega muy tarde. Coincide justo con la crisis del sector y un cambio de ciclo económico que nadie sabe dónde nos llevará. La construcción en España, hay que repetirlo una vez más, representó una excepción en Europa. En el 2005 se construyeron en España tantas viviendas como en Francia, Alemania y Reino Unido juntos y eso a pesar de que estos tres países sumaran casi cuatro veces la población de la primera. La paradoja española: 3 millones de viviendas vacías y una parte importante de la población que ve negado el acceso a una vivienda digna. Muy pocos arquitectos se sumaron en estos años a los movimientos sociales en la crítica a un modelo de desarrollo insostenible e indecente, que permite la construcción de campos de golf en zonas desertificadas, 800.000 piscinas en un país con crónicas carencias de agua. Un modelo que transforma los barrios históricos de las ciudades en parques temáticos para el turismo más barato y en guetos del ocio. En cambio sí hubo debate alrededor de temas como la propiedad intelectual, y la imagen, y la creatividad y seguimos las escenas de celo entre nuestras estrellas locales y el star system internacional. Nunca los arquitectos se encontraron tan alejados de los problemas reales de la gente. Puede que lleguen tiempos difíciles, esperemos que, pasada la crisis, la profesión recupere su razón de ser.

Daniele Porretta **

Arquitecto