Se acabo la impunidad. Hoy es un gran día para la democracia y para la sociedad española. La moción de censura ha sido un éxito. Por fin la justicia y la mayoría de los partidos en la oposición han arrancado del poder a un presidente del Gobierno nefasto, arrogante e impúdico y a un partido corrompido hasta la nausea.

El ya expresidente Rajoy jamás ha asumido alguna responsabilidad política ante los graves y continuados casos de corrupción de destacados miembros de su partido. Tampoco lo ha hecho ante la reciente y contundente sentencia judicial condenatoria. Todo lo contrario. En lugar de avergonzarse, pedir perdón y mostrar un mínimo de dignidad dimitiendo, se ha defendido de forma mendaz y despreciativa ante la persona y los contundentes argumentos del señor Sanchez.

Pero el desprecio a la democracia, a los ciudadanos de este país y a la posición no se limitó a las réplicas del señor Sanchez. También nos ofendió cuando abandonó el debate del Congreso, una vez que se sintió perdedor, atrincherándose primero de forma cobarde en un restaurante y, al día siguiente, llegando tarde al debate y, por tanto, faltando al respeto y consideración de los representantes de los ciudadanos en la oposición.