TEtstimado señor don Federico Suárez Hurtado :

Le imagino a usted con un disgusto de mil pares de bemoles , tras el regalo envenenado que algunos diputados le hicieron el jueves, uno de esos días en los que la Asamblea celebra su 22 cumpleaños . Es paradójico que sus señorías estén visitando los centros escolares, explicando a nuestros hijos el funcionamiento de la Asamblea, y al rato , ofrezcan espectáculos lamentables de falta de respeto y asunción de las propias normas de la institución que les alberga. Creo yo, señor Suárez, que el escándalo ocurrido en el lugar donde los diputados elegidos por el pueblo deben hacer gala de las esencias de la democracia: parlamentar --hablando y escuchando--, debatir y aprobar, tirará por tierra algunas actividades programadas en el XXII Aniversario de la Asamblea, haciendo más vigente que nunca, el viejo refrán castellano, no es lo mismo predicar que dar trigo . Me imagino el lío mental de los escolares que recibieron en sus clases a diputados educados y con aspecto de no haber roto nunca un plato, tras ver, leer y oír en los medios, dos días después, la bronca y suspensión del Pleno de la Asamblea, provocado por actitudes de desobediencia, interrupción del orden, desacato, falta de respeto y algún insulto personal. Mal ejemplo nos dieron sus señorías en estas fechas de aniversario.

Siendo verdad que la actividad parlamentaria debe estar presidida por el debate de los asuntos que afectan a la comunidad, no es menos cierto que un tema como la refinería, cuando menos, se suponía polémico y provocador, en una comunidad presidida tantos años por la apatía, el dominio caciquil y la falta de proyectos de esta envergadura. Pero de ahí a recurrir a la descalificación personal de quienes piensan de forma distinta o utilizar el parapeto de los bancos para armar bronca alterando el orden gravemente, va un abismo que puso de manifiesto comportamientos insolentes en personas que nos representan y a las que hemos votado para que rijan los destinos de Extremadura, en el gobierno o la oposición, desde actitudes democráticas presididas por el respeto, la educación, el decoro, la honradez y la cortesía parlamentaria. Jamás el insulto personal puede encontrar albergue en la casa de las leyes extremeñas.

Espero, señor presidente de la Asamblea, que sus buenos oficios y la colaboración de los grupos políticos permitan reanudar el pleno suspendido, manteniendo los principios de autoridad, para que el pueblo conozca las posiciones de todos ante la instalación de la refinería. Termino, discúlpeme, con una de mis frases de cabecera. La pronunció Séneca : "una discusión prolongada es un laberinto en el que la verdad pierde siempre". Atentamente,

*Periodista