Escritor

Extremadura un día se sumó a la gran aventura de la democracia, pero no la vive. Gran parte de los debates de la Asamblea, y de las comparecencias te tienes que ir al Diario de Sesiones para enterarte de algo. Por ejemplo, nadie se ha enterado que el consejero de Cultura ha tenido una comparecencia para explicar las líneas magistrales de la consejería, lo que ha dado pie para correr a guerra a otros. Por ejemplo Martín Tamayo le espetó al consejero, con su proverbial estado crítico, que "cuándo iba a publicar los panfletos diarios de Martínez Mediero" que no se ha enterado nadie. A continuación arguyó que "ahora que están ustedes con la memoria histórica, de las víctimas (fusiladas) de la guerra, cuándo vamos a enterarnos de los nombres de las víctimas de Ibarra". De las víctimas de Celdrán, no dijo nada. Este que suscribe, cuida de tal forma su imagen, que se diga lo que se diga de él, me gusta que se sepa, porque yo tengo detrás de mí unas turbas chiitas dispuestas a inmolarse, hasta el extremo que en estos momentos, tengo a un suicida peligroso atado junto a la casita del perro, dispuesto a todo. Por otra parte, mi narcisismo es insaciable. Se diga lo que se diga de mí, yo todo lo tomo por lo positivo, no como el fiscal que no me habla. Si se dice de mí que soy panfletario, o sectario, me gusta mucho, sobre todo sabiendo que Martín Tamayo cuando era editor, publicó obras mías; cuando me dieron La Medalla de Extremadura fue el primero en llamarme; cuando sacó su libro con sus artículos, me lo dedicó como amigo y cofrade ; cuando me ve en Carrefour, me saluda o nos saludamos cortesmente; vamos juntos a bodas y bautizos y nos queremos. En estas circunstancias pido a los medios de comunicación que nos cuenten todo, con pelos y señales. La Asamblea no puede estar de espalda a quien los vota aunque sepamos de su pereza intelectual y de otras perezas.

Por favor: luz, taquígrafos y difusión, ¡coño!