Que el debate político en nuestro país sea ruin y mezquino, tiene culpables. Y ahora que la legislatura está próxima a su fin, que cada uno juzgue el grado de culpabilidad de quienes nos han representado, y en algún caso informado. No es casualidad que el señor Marín haya calificado esta legislatura como dura y ruda, pues, si así ha sido, es porque algunos de nuestros políticos son, literalmente, rudos y torpes.

Siempre hay excepciones, pero, denle una oportunidad a un político y no la desaprovechará para arremeter como un miura contra su adversario político para denostarle y despreciarle. Pocas veces verán ustedes a un político reconocer virtudes y aciertos de su adversario. Pocas veces verán gestos de generosidad que ayuden al contrario a salir de una situación comprometida; más bien al contrario, si por un casual estuviera atascado en el lodo aprovechará la ocasión para hundirle más.

Así no, señores políticos. Así se envenenan las relaciones y la convivencia. Así no se progresa. Sólo se puede crecer desde la generosidad, desde la comprensión, desde la honestidad y el consenso; sólo se puede crecer reforzando y resaltando lo positivo.

Los españoles nos merecemos otra forma de hacer política. Los españoles queremos caballeros de la política. Los españoles queremos que España sea un proyecto común en el que todos arrimemos el hombro para empujar en la dirección correcta. Y lo que no queremos es un país desavenido, cabreado y emponzoñado.

Pedro Serrano Martínez **

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