XLxa reciente puesta en escena de la actividad privada en la creación de nuevos centros asistenciales para nuestro mayores, es sin lugar a duda una apuesta adecuada y en línea con los tiempos actuales, rentabilidad social y económica, pueden se un binomio acertado para dar respuesta a las demandas de este sector en los próximos años, siempre y cuando este latente impulso, venga acompañado de la necesaria intervención de nuestra administración regional.

Caminar por la línea del interés público, la rentabilidad social y el desarrollo de nuestros tejidos productivos, exige definir una estrategia y una ordenación al respecto, la cual se debiera proyectar desde la base de la más estricta planificación de las necesidades sociales de nuestra comunidad autónoma.

Si tenemos como punto de partida tres parámetros fijos que nos puedan determinar una acertada estrategia de la planificación, serían estos, razonados en términos de dependencia, poder adquisitivo y calidad asistencial. Abrir un variado abanico de ofertas asistenciales para que los mayores elijan la más adecuada a cada situación personal (ayuda a domicilio, centro de día, residencia, etcétera), se me antoja como la aceptación de una premisa ineludible a la hora de ofrecer soluciones prácticas a las demandas sociales. Es aquí, cuando desde mi punto de vista como el de otros pueden sufrirse desajustes en la oferta de prestaciones y servicios surgidos desde la espontánea iniciativa privada, y donde se advierte la necesidad de la intervención pública.

No se trata en absoluto de interferir en la libre opción empresarial de elegir el tipo de proyecto a realizar, si en cualquier caso, de potenciar aquellos que se desprenden de los objetivos derivados del Plan de Atención a la Personas Mayores de Extremadura , realizado por la Consejería de Bienestar Social.

Motivar a los gestores de este tipo de inversiones en centros y servicios concretos tiene su eficacia en la subvención del proyecto y su doble rentabilidad social en los resultados de la calidad que obtiene, todo ello sin dejar de lado la oportunidad que ofrece esta colaboración institución-empresa de concertar plazas y servicios bajo la filosofía a compartir, de homologar precios y de ajustar la demanda de las prestaciones sociales y propiciar la especialización del empresario del sector.

*Empresario