Lo ocurrido en la noche del miércoles en los accesos al ferial cacereño resulta bochornoso. Se cuenta por cientos las personas que se vieron afectadas por una caravana de vehículos, entre las que me encuentro. Presencié malos modos, broncas y conatos de enfrentamiento entre unos conductores que habían perdido los nervios; niños llorando, policías que se veían impotentes ante la avalancha que se les venía encima. Pudieron haber sido mayores las consecuencias de este dislate al que nos vinos abocados tras unas horas de diversión. Qué previsión había, cómo es posible que no se tengan en cuenta estas cosas cuando hablamos de tal aglomeración. Los ciudadanos quieren, queremos, una respuesta y unas garantías para que esto no vuelva a suceder. M. LUISA CARRERAS CACERES