Extremadura asistió ayer a la colocación de las primeras piedras de lo que serán los dos primeros tramos de autovías financiadas con dinero extremeño. Se trata de la N-V-Plasencia, de 52 kilómetros de longitud en sus dos fases, y la autovía Miajadas-Vegas Altas, de 24,3 kilómetros. Una vez sobrepasado el plan de carreteras extremeño, el Gobierno autonómico quiere reforzar las infraestructuras de la comunidad con unas autovías que permitan unir las distintas comarcas, que se distribuyen a los márgenes de las dos grandes vías de comunicación estatales, la Vía de la Plata y la N-V. El inicio de las obras supone un hito importante dentro del propio desarrollo regional, para lo que se cuenta con la participación en estos proyectos de empresas extremeñas.

La importancia de estas iniciativas tiene como contrapunto unos plazos de ejecución que se antojan largos, aunque abre expectativas que dibujan un mapa extremeño de infraestructuras de gran capacidad. Serían claves buscar la conexión a la autovía de la Plata de ciudades como Jerez de los Caballeros, enlazar Almendralejo y Zafra con Badajoz y no olvidar el peso específico que disfrutan localidades como Coria, como capital del Alagón. Son algunas de las posibles opciones que da el plan extremeño de autovías anunciado ayer.