WLwa apertura, el pasado miércoles, del primer tramo de la primera autovía regional, los 23 kilómetros entre Plasencia y el Tiétar, que continuarán con los 29 restantes hasta Navalmoral, y que se abrirán el próximo año, constituye una magnífica noticia para la región. El norte extremeño, que tantas veces se ha sentido postergado con razón y que desde hace años contempla cómo no se le ve el fin a una obra tan decisiva para su progreso como la autovía de la Plata, puede sentir ahora la solidaridad regional. Lo mismo sentirá el noroeste cuando se haga la prolongación hasta Portugal y La Serena y las Vegas Altas cuando llegue el día en que la otra autovía incluida en el primer plan regional, la que unirá Don Benito con la E-5, esté terminada. La Junta ya ha encauzado y puesto en plazos dicho plan y ha avanzado otra autovía, la conexión entre Zafra y Jerez, para el futuro. Es el momento, por tanto, de que incluya entre las autovías regionales la que, mientras no se haga, siempre quedará como asignatura pendiente para la articulación del territorio regional: la autovía entre Cáceres y Badajoz, que ha sido machaconamente rechazada por la Junta --aunque defendida por el PSOE de las dos capitales-- con el poco sostenible argumento de que quien quiera ir por autovía de la una a la otra, que rodee por Mérida.