WLw o último que le podría ocurrir a la línea de Alta Velocidad Madrid-Lisboa --por si no tuviera suficiente retraso, y más cuando en el 2009 no va a haber obras en tramos nuevos-- es que los políticos se enredaran en discusiones sobre la ubicación de la estación internacional Badajoz-Elvas o Elvas-Badajoz. Si había un consenso sobre algo en el AVE era que la parada en la Raya tendría que ser en una instalación compartida por los dos países, España y Portugal. Bien, pues este asunto se puede complicar. Y puede hacerlo porque José Antonio Monago, el nuevo presidente del PP extremeño, está poniendo el acento en un discurso postizamente nacionalista. Así su declaración de que "la estación tiene que estar en suelo extremeño"; o su contento porque Fomento haya tenido en cuenta "la sugerencia" del PP de elaborar un proyecto con la estación de este lado del río Caya. Afortunadamente, se trata de un discurso que no tiene eco ni en su propio partido: ahí están las repetidas y oportunísimas correcciones al discurso de Monago que está haciendo Miguel Celdrán, que muestra tener un sentido institucional --o simplemente sentido común-- más alto que el presidente de su partido. A los políticos habría que exigírsele que, al menos, no crearan problemas. Y en este asunto del AVE cuantos menos argumentos se den para que continúen los retrasos mejor servicio a la comunidad. Monago debe ser prudente. Y cuando le pida el cuerpo reivindicar la estación internacional en Badajoz piense en el desastre que sería que algún político portugués adoptara su mismo discurso. Habría discusión. Huera, inútil, vacía.