Recuperar el tiempo perdido en materia ferroviaria se presenta para Extremadura mucho más complicado de lo que se presumía hace ahora un año, cuando el gran debate pivotaba sobre los trazados y paradas del futuro AVE, e incluso sus características técnicas. Ahora, cuando toda la red nacional de Alta Velocidad se encuentra en pleno recorrido administrativo para cumplir los plazos marcados por el Ministerio de Fomento, ya sea en servicio, proyecto o ejecución, la conexión que unirá Madrid con Badajoz sigue en fase de estudio, el primero de los obstáculos que una iniciativa de este tipo tiene que salvar. Y todavía faltan trámites de enjundia como las declaraciones de impacto ambiental, las alegaciones y las consiguientes modificaciones.

Ante este escenario, es cuando menos improbable que el ministerio del ramo cumpla con lo que sus propios técnicos fijaron en el Plan de Infraestructuras 2000-2007, que fijaba que todas las obras deberían estar adjudicadas antes de cuatro años y finalizadas en el 2010. Con este calendario oficial, si alguna comunidad tendrá que esperar todavía más por la llegada del AVE, esa será sin duda la nuestra, lo que puede ser un mal menor para el ministerio, pero un agravio más para una población de un millón de habitantes.