El tren de Alta Velocidad (AVE) es una de las máximas preocupaciones del presidente de la Junta. Esto es lo que cabe deducir del hecho de que Guillermo Fernández Vara se haya entrevistado ya con dos ministras (las de Fomento y Medio Ambiente), con el vicepresidente económico y con el propio presidente Rodríguez Zapatero, poniéndoles de manifiesto el interés de Extremadura de que se cumplan los plazos prometidos sobre esta decisiva infraestructura. Y por lo que se puede deducir de la próxima agenda del jefe del Ejecutivo regional con miembros del Gobierno, el AVE continuará en primera línea de las conversaciones, puesto que tiene pendiente una conversación con el ministro de Industria, Joan Clos, para instarle a que los planes de electrificación de la línea de Alta Velocidad extremeña se ajuste al calendario del 2010, y esta misma semana se anuncian las visitas a la región de Magdalena Alvarez y Cristina Narbona.

Ayer, en su visita al vicepresidente Pedro Solbes, Fernández Vara le pidió lo que cualquier responsable político que defiende los intereses de su comunidad: que la inversión del AVE se refleje en los Presupuestos. Es la única manera que existe de que los ciudadanos confíen en que los compromisos anunciados por los que tienen la responsabilidad de gobernar y gestionar las cuentas públicas tienen visos de cumplirse. Porque si una obra no está presupuestada, las promesas en torno a ella son solo música celestial. Y hasta ahora, los Presupuestos del Estado han reflejado inversiones en el AVE extremeño, pero no todas las que se precisan para concluirlo y que funcione en los plazos prometidos. Así que Vara no pidió ayer a Solbes más que lo que le tenía que pedir: las obras, al Presupuesto.