Historiador

Una de las noticias más gratificantes para Extremadura en los últimos años ha sido el compromiso de los gobiernos español y portugués por el que se decide que para el año 2010 el AVE recorrerá nuestro territorio y parará en ciudades clave como Navalmoral, Cáceres y Badajoz. Esto, junto a las paradas que efectuará en su recorrido por el Alentejo, es un impulso firme a nuestro desenvolvimiento económico, comercial, cultural y de relaciones transfronterizas; un espaldarazo a unas regiones que secularmente han estado descuidadas en tantos aspectos y especialmente en sus comunicaciones viarias, que ahora, tras la autovía Madrid-Lisboa, se impulsan seriamente.

Lo que hace falta, a partir de este momento es que nuestras poblaciones y las alentejanas, a través de sus representantes políticos, empresariales, sindicales y asociaciones de todo tipo, tomen conciencia conjunta de su potencialidad. Extremadura y Alentejo, gracias al trabajo de entidades de ambos lados de la raya, lideradas por el Gabinete de Iniciativas Transfronterizas de la Junta, llevan más de 10 años empeñadas con tesón en crear unas redes de colaboración que están dando extraordinarios frutos. De nuestro entendimiento transfronterizo va a depender nuestro futuro en esta Europa de las regiones por la que hemos apostado. No estará mal para empezar que los ayuntamientos rayanos y aquellos afectados por el trazado del AVE, así como los que se asientan en las orillas de nuestro Guadiana común, creen comisiones de relaciones transfronterizas, concejalías delegadas de estas mismas relaciones, oficinas y servicios de estudios, así como que firmen protocolos y proyectos de mutua colaboración, para poner aún más en valor nuestro patrimonio monumental, ecológico, gastronómico, y nuestra fuerza productiva. El AVE es un paso decisivo más, pero el camino ha de seguir haciéndose entre todos.