La cruel tragedia de los turistas asesinados en Yemen ha dejado tras de sí mucho dolor, estupor y alguna polémica. Una lectora denuncia que el Ministerio de Asuntos Exteriores señale a algunos países como "peligrosos" y ninguno de ellos es occidental. Para el pobre brasileño asesinado en Londres hace un par de años por incompetentes agentes de Scotland Yard, desde luego el Reino Unido ha sido mortalmente peligroso. Pero el sentido común nos permite identificar algunos países donde las probabilidades de tener problemas (no solo muerte, también secuestro, vejaciones, encarcelamientos..) son enormemente superiores. Desafío a cualquier persona a afirmar que se siente igual de seguro visitando Noruega que Yemen. En ciertos países hay que ir solamente por fuerza mayor. Pues, respetando rigurosamente el dolor de los familiares, me cuesta no pensar que quien quiere jugar a Indiana Jones debería saber que el juego puede transformarse en una pesadilla. O en un ataúd. Exigiría por ley que las agencias que organizan vacaciones de aventura hagan firmar a sus clientes una declaración en la que asumen los riesgos y eximen de cualquier responsabilidad o intervención a las instituciones en caso de problemas en el país de destino. Asimismo, encuentro que para el contribuyente sea incomprensible la serie de gastos "desplazamiento del ministro de Industria, aviones fletados para los cadáveres y para acercar los parientes a la herida, envío de policía que poco puede hacer" cuando todo ha acabado. Cuando Couso, que no estaba en Irak para divertirse, sino que arriesgaba su vida trabajando para nosotros, fue asesinado, los dirigentes de entonces se incomodaron mucho menos.

G. Gervi**