WQw uienes desean que en el futuro bajen los precios de los pisos acumulan más datos a su favor. Lo corroboran, desde principios de año, indicadores muy diversos, el último de ellos el del Colegio de Registradores de la propiedad. Todos dibujan un nuevo escenario para el sector inmobiliario y constructor, escenario que perdurará una larga temporada. Cada vez se tarda más en vender un piso en zonas urbanas: en Extremadura el mercado de vivienda nueva bajó un 45% según los registradores. Y si es en zona costera o de montaña, las segundas o terceras residencias, el síntoma ya es manifiesto: ni se construye más ni se vende nada que no sea con revisión de precios a la baja.

La veracidad de que estamos ante un cambio de ciclo en el sector tiene tres referencias de mayor calado. La peor y más preocupante: los inscritos en el Inem procedentes del sector de la construcción han aumentado en los dos últimos trimestres en nuestro país, y la expectativa de verse recolocados se desvanece porque el registro de solicitud de obra nueva que recogen los colegios de arquitectos y los municipios también se reduce.

Con todo, no es verosímil que vaya a bajar de manera generalizada el precio de los pisos en zonas urbanas. Que se contenga hasta encontrar comprador dependerá de que el resto de la economía funcione: que la gente tenga un trabajo estable y que el sector financiero recupere la cordura que le exigen los bancos centrales.