Hay quien se empeña en alimentar el subconsciente colectivo con la palabra crisis a sabiendas que con eso acrecientan el problema. Es lo que pasa cuando solo nos preocupan los votos y nos da igual los problemas de aquellos ciudadanos que, realmente, lo están pasando mal.

Es la misma estrategia que en la legislatura anterior, entonces fue el proceso de paz , malogrado, en gran parte, porque hubo quien se empeñó en no colaborar y en rentabilizar políticamente el asunto. Ahora es la crisis , la misma actuación sin conciencia de Estado anteponiendo intereses de partido por encima de todo y de todos. Y por supuesto de arrimar el hombro (que es lo que han hecho los partidos en la oposición en todos los países) ni pensarlo y mientras tanto miles de ciudadanos durmiendo al raso por no poder pagar su hipoteca.

Un Estado democrático moderno no puede consentir que una parte muy importante del capital financiero del país esté en manos privadas, en unas manos cuya mala gestión nos ha conducido a este turbio lugar en el que estamos. Igual que existe un sistema educativo y una sanidad pública, hay que ser previsores y tener una Banca pública (sin negar la privada) que sepa compensar los desequilibrios del mercado financiero y lo que es más importante que sea una banca que se preocupe del interés general y no del particular, que permita que la economía real pueda subsistir pase lo que pase en otros niveles, que se identifique con los problemas reales de los ciudadanos, de las pequeñas empresas, en definitiva de aquellos que más lo necesitan.

Javier Puerto Rodríguez **

Acebo