THtace unos días hemos asistido a un nuevo intento de impulsar de manera subliminal una doctrina revisionista de lo que ha sido nuestra reciente Historia. Y no se trata de opinión que puede ser muy respetable desde la discrepancia, sino que en el caso que analizamos es tergiversación, en la mejor de las interpretaciones, cuando no ignorancia. El mal uso de la Historia, y de sus símbolos hace que se confunda lo que es un régimen político, como fue la República española de 1931 a 1936 con lo que fue una consecuencia de un contexto histórico desafortunado: la guerra civil.

La República, por más que les pese a algunos, fue un régimen democrático. Como todas las democracias, fue imperfecta (pero de eso ya hablaremos en otro artículo), ahora bien lo que mejor la define, y en lo que más suelo insistir, es en su carácter parlamentario que permitió la alternancia en el Poder de partidos de derechas, de centro o de izquierdas.

XSI NOS VAMOSx a la contemporaneidad no deberíamos caer en la descalificación de la República como régimen político, pues es la fórmula adoptada por países como nuestros vecinos portugueses, como los alemanes (el denominado motor de Europa) ambos con gobiernos conservadores o con numerosos países de nuestro entorno como Francia e Italia donde a lo largo de los últimos años hemos tenido gobiernos de izquierdas y de derechas.

Eso por no hablar del denominado país más importante del mundo: los Estados Unidos, con gobiernos ultraconservadores como los de los Bush o Reagan o más progresistas como los de Bill Clinton y Obama . Por último buena parte de nuestros hermanos latinoamericanos son Repúblicas. Por lo tanto, centrémonos más en el carácter democrático y parlamentario, que creo no es susceptible de ninguna duda.

Entrando en la materia de la polémica no es de recibo equiparar la bandera de la República con la de la Dictadura sin incurrir en la banalidad de la ignominia. El mensaje que subyace bajo ambas es radicalmente opuesto. Los valores que representan: libertad frente a represión, democracia frente a Dictadura, diversidad de opinión frente a pensamiento único... no son equiparables.

XES UNA FALACIAx , al margen de las preferencias de cada uno, equiparar la II República con la Guerra Civil en un intento de confundir a la opinión pública para justificar la Dictadura. Si bien es cierto que ambas banderas son en la actualidad inconstitucionales, no lo es menos que lo que representan es sustancialmente distinto. Si estudiásemos la Historia del constitucionalismo español no caeríamos en el error de sacralizar los textos legales que se han ido modificando a lo largo del tiempo. De hecho ahora mismo está el debate del cambio en el funcionamiento y sentido del Senado o en el acceso al trono de la mujer.