Hago mía la frase de un comentarista político que dijo que "en la situación de crisis económica actual solo falta ver a algunos banqueros en la cárcel". Las entidades bancarias y alguna aseguradora están dando un espectáculo circense. Un ejemplo son los directivos de AIG, que se fueron a un lujoso hotel de California cuando el Gobierno de Bush acudió a su rescate y se gastaron 292.000 euros. ¿No es una vergüenza que todo el mundo esté nervioso porque al gran capital no le salen las cuentas? Todos se preocupan de ese capital impulsado por Bush y Thatcher y le inyectan millones de euros para que siga funcionando. Muchos ciudadanos en apuros acudían a los bancos a pedir un anticipo y todo eran negativas. Ahora los banqueros y otros empresarios están nerviosos, pero si ellos han causado el daño, que no pidan recortes salariales o abaratamiento de los despidos. Ante los ojos de los trabajadores, son los villanos que han convertido su ambición en una crisis económica mundial. Y encima los estados les ayudan.

José A. Esteban Sánchez **

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