Hay algún otro tipo de basura más allá de la humana? Somos la única especie que la producimos y ahora que empieza el buen tiempo y salimos más al campo, a la montaña o la playa, parece vergonzoso tener que recordar que esos lugares naturales que disfrutamos son de todos y de nadie, y que debemos cuidarlos. Porque es vergonzoso. Sólo se trata de llevarse lo que uno trae. Todo, incluso los desperdicios. No parece difícil: llegar, pasarlo bien y recoger. Echar un vistazo atrás, antes de irse, y dejar la misma belleza que había al llegar.

Pero viendo algunos lugares, incluso recónditos en las montañas, recordando ciertas imágenes de bosques, ciudades o playas, parece imposible que muchos de los ejemplares de nuestra especie sean consciente de la vergüenza y el daño de sus actos. ¿Cómo se puede ser tan guarro? Quisiera usar una palabra más suave, menos agresiva pero ¿existe otra que defina mejor esa repugnante actitud? Esos sitios, esos recursos, llevan ahí años, siglos, y están llenos de vida. Y unos cuantos han decidido que tienen derecho a cargárselos.

PUEDE resultar un grito ingenuo, incluso exagerado, y así nos va. Porque el cuidado de la naturaleza hoy, más que nunca, es imprescindible. La basura humana acabará comiéndonos al ritmo que vamos. ¿Exagero? En sólo cinco años hemos generado nueve mil millones de toneladas de residuos. La cifra es inabarcable, un basurero casi inimaginable si pudiéramos juntarlo en un único lugar, sin horizonte. Con suerte, un porcentaje será reciclado, pero la mayor parte quedará tal cual, sin ser procesada. Basura acumulando espacio. Un espacio muerto y arrasado. Mientras, nosotros seguimos consumiendo.

El español medio produce unos 450 kilos de residuos al año. Imaginen que tienen que guardarlos en casa… ¿Entenderíamos mejor entonces la importancia del reciclaje?

Nuestro planeta, el lugar en el que vivimos, no nos pertenece. Y aunque suene a frase manida, es una herencia que hemos recibido y que, como mínimo, deberíamos dejar igual que encontramos. O un poco mejor, si nos importara lo suficiente. Para los que vengan. Pero no es el camino que llevamos. La Tierra tiene unos 4.543 millones de años y en los últimos 35 se ha perdido un tercio de la vida silvestre.

Ante este panorama, y aunque parezca increíble, existen humanos con conciencia, que no quieren que la basura nos defina. Son capaces de reciclar hasta un 80% de la que crean. Hay lugar para la esperanza.