WEwl agudo estado emocional que vive Italia con la muerte del Papa no ha inhibido a los electores para cumplir con las urnas en una importante consulta regional saldada con una goleada de 11 a 2 a favor del centroizquierda. Prodi , del viejo Olivo, rebautizado como La Unión, deja tocada a la llamada Casa de las Libertades del primer ministro Berlusconi.

Podemos estar ante el anuncio de un próximo cambio de fondo en Italia. El gran derrotado es el eje conservador formado por Forza Italia, el partido-empresa del Cavaliere, y la Liga Norte de Bossi. No aprendieron la lección en cabeza ajena de lo que sucedió en las regionales del año 2000, cuando la izquierda se presentó dividida por roces y frustraciones personales y eso le costó primero la derrota provincial y luego la posterior caída del Gobierno progresista de D´Alema.

Esta vez ha sido Berlusconi quien no ha sabido recuperar a antiguos aliados, desde la nieta del Duce, Alessandra Mussolini, a los radicales. Pero su problema es de fondo. Hay inequívocos síntomas de decepción en el bloque social --empresarios, comerciantes, clases medias profesionales-- que le dieron el poder a la derecha. Se piden cambios así como otra política económica más eficaz.