El Tribunal Supremo ha zanjado la gran polémica habida a raíz de que se construyera el edificio en que se encuentra la Facultad de Biblioteconomía y Documentación de la Uex dentro del espacio protegido de la Alcazaba de Badajoz. Según el Alto Tribunal se ha producido un atentado al patrimonio histórico y el intento del Ayuntamiento de ´legalizar´ ese atentado a posteriori, adecuando el Plan de Urbanismo a lo hecho, no cambia las cosas. Por lo tanto, el edificio del centro universitario tendrá que ser desmontado.

La sentencia del Supremo es de una importancia decisiva para la Universidad de Extremadura y también para la revitalización del Casco Antiguo de Badajoz, parte de la cual ha estado fiada a dicho centro. Pero también lo es para quienes decidieron construir un edificio que, a la vista está, no se atuvo a la ley. Esa es la primera enseñanza del fallo del Supremo: que un buen fin no justifica un mal camino para llegar hasta él. Porque nadie puede dudar de las buenas intenciones de quienes construyeron el Cubo, y de los efectos beneficiosos que ha traído para el centro urbano de la ciudad de Badajoz. Pero eso no basta en un Estado de Derecho: además, hay que lograr todo esto cumpliendo con la ley, que es lo que no se ha hecho en este caso.

Ahora no cabe más que asumir responsabilidades por parte de quienes tomaron esas decisiones y se empecinaron en ellas a pesar de las advertencias de que no se respetaba la legislación sobre el patrimonio histórico que afectaba a la Alcazaba; responsabilidades también por el dinero invertido en una obra cuyo derribo costará al menos 8 millones de euros. Y también cabe abstenerse de tirotear a quienes --la asociación Amigos de Badajoz-- han llevado este asunto a los tribunales, porque los únicos culpables del desaguisado han sido los que optaron por un proyecto que hacía incompatible Biblioteconomía con la protección de la Alcazaba.

Las primeras declaraciones tanto del alcalde Miguel Celdrán como del rector Francisco Duque son sensatas: hay que desmontar el edificio, ha dicho el primero; y hay que trasladar la facultad al campus, ha manifestado el segundo. El alcalde, incluso, ha dicho que pedirá colaboración a Amigos de Badajoz para acometer el desmontaje teniendo en cuenta el criterio del colectivo proteccionista. De igual modo habrá que desmantelar el Cubo de forma que se minimicen al máximo los daños colaterales y después de que un informe técnico establezca un calendario en el que se tenga en cuenta, sobre todo, los derechos de los alumnos de Biblioteconomía.

El cumplimiento del fallo del Supremo no es, por tanto, ni fácil ni inminente, porque previo al traslado se necesitará construir la nueva Facultad de Biblioteconomía en el campus de la Avenida de Elvas. Y es que terminar de resolver este embrollo va a precisar una buena dosis de paciencia para que no haya más damnificados que los habidos hasta ahora.