TNto se puede dejar pasar la oportunidad de dar la bienvenida al PP al club de los preocupados por los derechos de quienes son detenidos por las fuerzas del orden. Nunca es tarde y esperamos que este interés no se deba a la detención puntual de dos militantes sino a un convencimiento de que las libertades individuales están muy por encima de aquel concepto del orden que destiló el primer ministro de Gobernación de la monarquía, un político gallego (aún activo) que prohibía hasta los conciertos de los cantautores.

Lástima que ese interés por la libertades ciudadanas no apareciera cuando unos subsaharianos fueron narcotizados en Melilla y devueltos a sus países sin saber si iban a ser ejecutados o no. También habría sido de agradecer ese espíritu de tolerancia cuando a 500 portugueses, incluidos dos diputados, les fue impedida la entrada en España cuando se dirigían a la cumbre de Sevilla en el año 2002. Tomaremos nota de estas preocupaciones y se las recordaremos si algún día vuelven a gobernar. Deseamos que ese día su primer proyecto legislativo no sea la ley del embudo.

*Profesor y activistade los Derechos Humanos