La reunión que mantuvieron el pasado martes el ministro de Fomento, José Blanco, y el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, en la sede del ministerio para repasar las inversiones en infraestructuras y los proyectos del Gobierno se saldó con resultados excesivamente magros para la región: la licitación para la construcción de cuatro subtramos del AVE entre Grimaldo y Cáceres este año y la licitación para la elaboración de los proyectos de otros dos subtramos desde Plasencia a Grimaldo, es un balance que no permite echar las campanas al vuelo. Máxime si, visto el mapa, Fomento deja pendiente el tramo más complicado entre Plasencia y Cáceres, que es el que corresponde a la zona del pantano de Alcántara, donde se requerirán pasos elevados para salvarlo y, por consiguiente, más tiempo para concluirlo.

Con todo, lo que muestra más a la claras que del encuentro no se han obtenido avances en los compromisos gubernamentales para la línea de Alta Velocidad entre Madrid y Lisboa son las dos peticiones trasladadas al ministro por el presidente Vara: que el Gobierno comprometa todo el dinero que cuesta el AVE entre la capital de España y la frontera portuguesa (2.100 millones faltan por gastar), en lugar de hacerlo tramo a tramo, y que contemple la posibilidad de incorporar a esa actuación la iniciativa privada. Son dos propuestas en cierto sentido incompatibles porque, de un lado, el mandatario extremeño exige al Gobierno que ´aparte´ todo el dinero que cuesta el AVE y, por otro, plantea que parte de ese dinero no sea del Gobierno. La posibilidad de que el dinero privado sirva para ejecutar infraestructuras públicas no es nueva, incluso el propio José Blanco la ha planteado el mes pasado en Barcelona para acometer las inversiones en trenes de Cercanías. El problema, por tanto, no son las propuestas, sino lo que se deduce de ellas, que es el temor de Vara de que, al paso que va, el proyecto del AVE no avanza y no cumpla el calendario previsto (el segundo calendario) del 2013: no se puede interpretar de otro modo la petición al ministro de que el Gobierno se comprometa con todo el dinero o de que se busque financiación ajena.

Corrobora ese temor de Fernández Vara el que tampoco el resto de infraestructuras han salido airosas del encuentro: no hay modificación de los planes ya previstos para la autovía Cáceres-Badajoz, ni hay adelanto en las otras autovías, ya de por sí retrasadas: los enlaces extremeños con Levante, Granada y Huelva. El compromiso del ministro de que incluirá en la reforma del Plan de Infraestructuras el enlace por autovía con Portugal entre Cáceres y Valencia de Alcántara, no pasa de ser una positiva declaración de intenciones que tendrá que ser llevada al papel en el futuro.

Con todo, las reuniones de Blanco con los presidentes autonómicos, con la excepción de las que mantuvo con Esperanza Aguirre y con Patxi López, se han saldado con meras declaraciones de intenciones. Los temores de Vara sobre las dificultades de Fomento fueron precedidos por los que ya experimentaron el gallego Feijóo y el andaluz Griñán.