TEtl bloqueo político que sufre España desde las elecciones del 20 de diciembre del 2015 para la formación de un Gobierno tiene muchos componentes. Vivimos tiempos políticos atípicos que traen consigo nuevas circunstancias. La situación actual exige una cultura política del acuerdo para la que los partidos, tanto los tradicionales como los nuevos, aún no están preparados. Pero hay un elemento que es, a mi juicio, el más determinante: el uso de argumentos ad hominem para impedir acuerdos políticos de gobierno que son necesarios. Es decir, el uso de argumentos contra las personas como forma de bloquear los acuerdos y la formación de Gobierno, prolongando de esa forma la interinidad y la inestabilidad política, que tanto perjudican la reforma de la política y la gestión de la economía.

El caso más evidente en este momento es el argumento ad hominem contra Mariano Rajoy . Pero con anterioridad también se manejó contra Pedro Sánchez . "Cambien ustedes de candidato a presidente del Gobierno y comenzaremos a hablar". Este tipo de argumento es ilegítimo, perverso y falso. Es ilegítimo porque pretende sustituir las fobias personales y los intereses particulares de partido por las preferencias democráticas de los ciudadanos que han elegido a esa persona como su representante político. Es perverso porque tiende a generalizarse, canibalizando la política e impidiendo los acuerdos y la estabilidad política. Y es falso porque ese tipo de argumento se apoya en una lógica falaz que recurre a un rasgo cuestionable atribuido a esa persona para bloquear el acuerdo político y la gobernabilidad.

En el caso de Mariano Rajoy, el rasgo que se le cuestiona es su pretendida falta de moralidad política por no haber hecho nada, según sus objetores, para erradicar la corrupción dentro del Partido Popular en temas relacionados con la financiación del partido, ya sea el 'caso Bárcenas' u otros como el de la exalcaldesa de Valencia Rita Barberá . A partir de este cuestionamiento, el argumento del bloqueo funciona en tres pasos, de la siguiente forma. 1) Rajoy dice que sin apoyos no va a la investidura. 2) Pero Rajoy es deshonesto políticamente. 3) Por lo tanto, el apoyo a Rajoy no es aceptable. Este tipo de argumento es muy efectivo porque es emocional; recurre a los sentimientos más que a la lógica. Pero es, como acabo de decir, ilegítimo, perverso y falso.

XCIUDADANOSx manejó este argumento ad hominem contra Mariano Rajoy durante la campaña electoral. Pero afortunadamente ha cambiado de actitud. Ahora ha propuesto seis condiciones para buscar un acuerdo con el PP y apoyarle en la investidura y en la formación del Gobierno. Entre esas condiciones está la de retirar de la política a toda persona encausada por motivos de corrupción.

Es una condición que para algunos será discutible. ¿Se debe aplicar cuando una persona esté encausada por una acusación aún no probada, o cuando se haya probado y haya sentencia? Pero al menos es una condición objetiva, no ad hominem . En el supuesto de que Rajoy estuviera en ese caso, sí sería objetivo pedirle que abandone. Pero no lo está.

La nueva actitud de Ciudadanos tiene muchas ventajas, además de la evidente e inmediata de facilitar la posibilidad de una investidura y la formación de Gobierno. Una de ellas es la de crear presión desde fuera de las organizaciones políticas para la regeneración interna de los dos grandes partidos tradicionales españoles. Por sí mismos no pueden hacerlo, porque se enfrentarían a una lucha fratricida interna entre corruptos y no corruptos. Pero los partidarios internos dentro del PP y del PSOE de esa regeneración pueden verse favorecidos por el hecho de que, si quieren gobernar con el apoyo de Ciudadanos, tienen que proceder a esa limpieza interna. Ya le sucedió al PSOE en Andalucía para que Susana Díaz pudiese ser investida presidenta de la comunidad. Ahora ese mismo efecto puede existir en el caso del PP.

Sin embargo, el PSOE permanece anclado en el argumento ad hominem contra Mariano Rajoy para no aceptar buscar acuerdos de investidura y de legislatura. Es un error por las razones que he mencionado. Pero además es un error que se puede convertir a medio plazo en un bumerán contra sí mismo. Negarse a apoyar al PP puede tener mucho sentido como argumento de una fuerza política que está en la oposición. Pero el fundamento de ese rechazo no puede ser ad hominem , sino de naturaleza política.