Un estudio de la Federación de Usuarios y Consumidores Independientes (FUCI) ha puesto ´precio´ a las bodas. Y salen por un pico. Y eso que Extremadura es de las comunidades más afortunadas de España porque aquí el casarse --da igual por qué vía: si por la vicaría, el juzgado o el ayuntamiento-- ´solo´ viene a costar por término medio unos 18.000 euros, 6.000 menos que en Madrid.

La FUCI también señala que las parejas --o, en la mayoría de los casos, los padres de las parejas-- echan la casa por la ventana para que el día sea también inolvidable por la cifra gastada. Y llegan incluso a pedir créditos rápidos (recuérdese, los más caros) para que no falte detalle.

Es digno de ver cómo al mismo tiempo que la sociedad se deja en el camino la rigidez de las normas, de tal manera que antes era difícil encontrar una boda de tronío si no se celebraba en una iglesia, mantiene, sin embargo, el gasto. Se han allanado las costumbres hasta lo inimaginable hace apenas cinco años, sí, pero se ha encumbrado el banquete y el viaje de novios y la orquesta y la parranda. Curiosamente todo lo que desemboca en la parte final de la factura. Como si pudiéramos vivir de espaldas a ella.