No sé cómo empezar, sigo sin pensar que esto es verdad, que no es una pesadilla. Que tú, cómo serías capaz de hacernos pasar por esto, de que ya no vas a estar aquí, con tus tonterías, tus risas tontas, ya no volverás a volverme loco en el xinkue , aquel coche al que tú llamabas "el trastero". O cuando te llamaba y te decía cualquier tontería y como siempre te las creías. Siempre te recordaré como esa persona que ha sido la única en sacarme de quicio del todo, de cabrearme, pero en el fondo sabías que te quería, que te quiero, eras único. Tu felicidad, aquella que pasase lo que pasase siempre llevabas encima, nunca te he visto mal, siempre alegre, como eras tú, el señor Bolinga, todavía me acuerdo como si fuese ayer de aquella maleta que hiciste tuya con aquella canción con la que tanto me reía. Bolita, Víctor, te echo de menos, tus amigos te echan de menos, todos te echamos en falta.

Nunca te olvidaremos, siempre estarás en nuestras vidas. Tu amigo por siempre, Javi.

Javier Cardenal Domínguez **

Cáceres