La Cumbre Ibérica que España y Portugal celebraron en la localidad lusa de Braga los pasados viernes y sábado ha concluido con varios asuntos positivos para Extremadura, de entre los que destacan dos, ambos comprometidos por el gobierno que dirige José Sócrates: el estudio informativo para convertir en autovía la carretera entre Monfortinho y Castelo Branco, y la licitación del primer tramo del AVE portugués entre la frontera de Caya y Poceirao.

Extremadura lleva años clamando ante Portugal para que convierta en autovía su carretera N-240, entre Monfortinho --el paso fronterizo cercano a Moraleja y Zarza la Mayor--, y Castelo Branco. Son aproximadamente 90 kilómetros, pero su transformación en autovía, una vez que la Junta ha aprobado prolongar la regional entre Navalmoral y Plasencia hasta ese punto de Monfortinho, supondrá romper el aislamiento del norte extremeño con Portugal. Resulta lacerante ver un mapa y observar cómo Madrid, en dirección oeste y sur, puede comunicarse por autovía con Portugal solo por Fuentes de

Oñoro, en Salamanca, y por Badajoz, dejando en medio elpáramo comunicativo del norte de la región. Sócrates no se comprometió con plazos para esa obra, pero el acuerdo ante Zapatero y, por la parte que nos toca, ante Fernández Vara, constituye una noticia que, por sí sola, valdría el encuentro hispano-luso, porque pone planes al fin del aislamiento al convertir en alternativa de los dos pasos citados el trayecto Madrid-Navalmoral-Plasencia-Moraleja-Monfortinho-Castelo Branco, incorporándose los vehículos desde ahí al sistema de autovías del país vecino.

La segunda gran noticia de la Cumbre de Braga es el anuncio del Gobierno portugués de que en este semestre se licitará el tramo del AVE Madrid-Lisboa, que discurre entre la frontera de Caya y la localidad de Poceirao. Es la primera señal de vida de la Alta Velocidad en Portugal desde que, hace dos años, el Ejecutivo luso retrasó del 2010 al 2013 su puesta en funcionamiento. El tramo anunciado tiene alrededor de 180 kilómetros, es decir, que constituye aproximadamente el 70% de la línea portuguesa, si bien el restante es el más complicado, puesto que tiene, para poder entrar en Lisboa, que salvar el estuario del Tajo mediante un puente o aprovechando, si es que fuera posible, parte de la infraestructura del Vasco de Gama.

La conversión en Badajoz en sede de un centro hispanoluso de investigación sobre energías renovables es también un aspecto positivo del encuentro entre los dos presidentes ibéricos, si bien su desarrollo y eficacia va a resultar de la voluntad de ambos gobiernos en dotarlo de personal y de proyectos. También lo es la creación del Foro Cívico de Debate Hispanoluso, que acercará más a los dos países. El que esté presidido por el expresidente Rodríguez Ibarra es un acierto: supone el reconocimiento del esfuerzo que ha hecho durante el tiempo en que presidió Extremadura en pro de que España y Portugal encaren el futuro por el camino de la cooperación y el respeto mutuos.