Día a día, Extremadura gana peso en el sector turístico nacional, en lo que se refiere al turismo interior. Sólo basta decir, como dato revelador, que la provincia de Cáceres es, junto a la de Salamanca, el lugar escogido por la mayoría de los españoles que optan por esta clase de viajes durante estas fechas, visitantes más centrados en los valores naturales o culturales de los destinos. Al descenso en el número de desplazamientos que, habitualmente y por Semana Santa, realizan los españoles, el nivel de ocupación hotelera en la comunidad ha seguido su evolución ascendente, lo que corrobora la buena salud del sector.

Por otra parte, el turismo rural gana adeptos cada año gracias al desarrollo de un sector que ha apostado fuerte por la calidad de la oferta en comarcas que, hasta hace unos años, centraba toda su atención en sus recursos agroganaderos. El turismo se ha convertido aquí en una alternativa clara en el tejido empresarial de las comarcas. Sin embargo, tan importante es la tarea desarrollada como mantener esta línea ascendente, un camino que, como se ha visto, sólo podrá ganar terreno a través de la inversión y la innovación. Por último, el creciente interés empresarial por la región es una prueba más de las posibilidades reales del turismo en Extremadura.