XLxa forma de vestir es cómo quieres que te vean los otros, pero hay jóvenes que son víctimas de un contexto social en el que los cuerpos de las modelos sirven para vender productos, ambientes y estilos de vida. Las adolescentes sienten una fuerte presión y muchas caen en enfermedades graves como la anorexia y la bulimia, que se ven fomentadas por las numerosas tiendas de moda joven donde sólo disponen de tallas pequeñas. Numerosas tiendas de nuestras ciudades muestran en sus escaparates escuálidos maniquíes que, en la mayoría de los casos apenas alcanzan la talla 36, talla ésta que no se ajusta a la realidad, ni aún acordes con las modelos de pasarela.

Aunque se hable mucho de estas enfermedades que afectan sobre todo a chicas jóvenes, no debemos cerrar los ojos ante esta discriminación que sufren muchas de nuestras jóvenes que no pueden disponer de ropas juveniles por no adaptarse a sus tallas, y es triste verlas recorrer escaparates de las calles comerciales con una especie de radar en los ojos tratando de encontrar alguna prenda de moda que se ajuste a su físico. La sociedad es más permisiva con los chicos. Ellos se sienten satisfechos con su aspecto físico, a diferencia de las chicas, y éste es uno de los motivos que estas enfermedades se den nueve veces más en chicas que en chicos. Las niñas son más vulnerables desde el momento que inician el desarrollo y que tiene su momento más crítico en el periodo que sigue a la aparición de la menstruación. Por este motivo hay que estar atentos y prevenir estas enfermedades en ese punto álgido con atención familiar y si es preciso con controles médicos.

Los trastornos de la alimentación deben ser tratados por aquellos que saben y que normalmente están en programas o unidades específicas. No cabe duda que los adolescentes de hoy son víctimas de la economía de la opulencia, criados desde la cuna en una cultura mercantil, la fragilidad de su auto imagen y su necesidad de pertenecer a grupos en la adolescencia los convierte en blanco perfectos para la explotación de publicistas. La anorexia y la bulimia son enfermedades del siglo XX, aunque hace más de 100 años ya se hablaba de ellas. Hay muchos intereses económicos en la moda de adelgazar a cualquier precio. Se conjugan motivos ligados a la industria textil, farmacéutica, de la moda, de los gimnasios y de la cirugía estética. En la industria del adelgazamiento invade la publicidad y llega a toda la población afectando con más intensidad a esa gran minoría que es vulnerable al mensaje. Es cierto que se ha progresado, pero queda esa vulnerabilidad al comentario ajeno sobre dietas y gorduras, incluso cuando se habla de ello en televisión. Debemos renunciar a sensibilizarnos ante tales mensajes y hacernos cada día un poco más inmunes ante ellos.

Es cierto que la moda no es el detonante directo de los trastornos alimenticios, que es un problema psicológico, pero a nuestros niños y jóvenes son a quienes más gusta la televisión y la publicidad. La publicidad llega cada vez más fácilmente a la gente joven, apenas tiene barreras. Los prototipos de moda que aparecen en la televisión y la excesiva competitividad reinante en la sociedad influyen negativamente además de la frustración de la carencia de tallas superiores que frustra a muchas de nuestras jóvenes. Nadie está ajeno a padecer estas enfermedades y la suma de dificultades en el ámbito familiar, de pareja, de estudios o de trabajo en una persona muy preocupada u obsesionada por su aspecto físico le puede llevar a enfermar. Debemos estar atentas y no permitir que el cambio que se ha producido en nuestra sociedad y en las familias con respecto al papel que representa la mujer en ellas nos exija estar cada día más activas, más guapas y más delgadas. Resulta paradójico que haya países como Nigeria muriéndose de hambre con cuerpos famélicos, mientras nosotros rechazamos un buen plato de lentejas o de garbanzos por no ganar unos cuantos gramos.

*Responsable de Políticas parala Igualdad del PSOE en Badajoz