TBtush no quiere a Zapatero . El hermoso presidente de los ojos azules no estará presente en la próxima cumbre del 14-15 N que ha de refundar el capitalismo. Allá en la Casa Blanca donde los grandes jerarcas se pasarán por el forro de los pantalones la máxima liberal del laissez faire, laissez passer , interviniendo en el orden mundial con cuestionables recetas para el desorden, y a pesar de que España reúne, según sesudos analistas, méritos suficientes para acudir a tan venerable reunión, a la que sí están invitados el algo manilargo y cariñoso Sarkozy , el estólido Brown , el complaciente Barroso , --todos han intercedido por el español--, la rotunda Merkel o el verborreico Berlusconi , los países del G8, los del G20 y hasta los del GPS, Zapatero, si no lo remedia Moratinos --¡cosas más raras se han visto!--, no estará.

Yo no estaría muy ansiosa de que me invitara un señor del que se están distanciando hasta sus más íntimos colaboradores, tal Colin Powell y correligionarios, como ese sonrosado candidato republicano con hechuras de androide, pero, claro, yo no soy Zapatero. No me gusta que nos den una patada a todos los españoles en el culo de nuestro presidente. Y como soy algo ingenua, prefiero achacar el desprecio del yanqui al cariño que le ha mostrado recientemente Obama , que a rencor por ciertos errores del pasado. Es innegable que, cuando todavía no era hombre de Estado, nuestro líder menospreció la bandera norteamericana --de algunas imprudencias del pasado, vienen estos sofocones-- pero sobre todo que el inminente expresidente no ha querido ni podido perdonar la falta de espíritu bélico de nuestro nada colonialista prohombre, falta que no ha podido redimir ni la joven sangre hispana vertida en Afganistán. ¡Cuánto ha llovido desde que España era íntima de los EEUU y todos poníamos juntos los pies encima de la mesa del mundo! Se repartirán lo que queda del pastel y no nos dejarán ni las migajas. A menos que el Rey lo remedie, llame a Bush y le diga: George: ¿Por qué no le llamas?