WEwl Cáceres 2016 vive momentos de inquietud. Esta mañana está prevista una reunión entre responsables municipales y empresarios para tratar de salvar la situación. Si se trata de ser optimistas, lo único bueno de esta preocupante coyuntura es que el baloncesto de élite de Cáceres tiene experiencia en ella: ya sabe lo que es vivir en el alero y con el agua al cuello. Todos los años aparecen personas generosas y dispuestas a derrochar tiempo y preocupaciones por dirigir un club que necesita respiración asistida para subsistir. Muchas veces se critica a las instituciones y se les pide implicación mayor --es decir, más dinero--; también a los empresarios --en ésas estamos ahora--. Pero un club deportivo es un patrimonio y un sentimiento ciudadanos. Por tanto, los ciudadanos son responsables y el oxígeno que necesita el Cáceres 2016 es un asunto que concierne a la afición. Tal vez las instituciones podrían aportar más ayudas económicas, pero sólo estaría justificado hacerlo si no se sintieran solas en el esfuerzo. Y la fuerza de los ciudadanos que han salido a la calle a defender la continuidad del club no es suficiente para retirarlo del alero. Una ciudad no es sólo su ayuntamiento. Es la gente que la vive, y si a la gente le interesa una institución en peligro, tiene que salir a defenderla.