La iniciativa se va a poner en marcha en Badajoz, ya existe en Barcelona, en París es toda una tradición... y ahora Cáceres se suma a la moda de las bicicletas. La intención del ayuntamiento cacereño de desarrollar un sistema público de transporte en bicicleta no debe sino alegrarnos. En una sociedad cada vez más esclava del coche --con los consabidos atascos de los que tampoco se escapa Cáceres-- y de una ciudad que se gasta más de dos millones de euros en cubrir el déficit que genera el autobús público, nunca está de más que los poderes públicos abanderen este tipo de iniciativas, que tanto contribuyen a mantener un medio ambiente sano y saludable.

El proyecto, que será financiado por la Junta de Extremadura, debe ser, no obstante, muy meditado antes de su puesta en marcha. Así lo considera el concejal de Tráfico, Carlos Jurado, y tiene razón al decir esto. La orografía cacereña no es precisamente proclive al uso de la bici: cuestas de Virgen de la Montaña, Reyes Huertas o la propia ciudad monumental no invitan a su utilización. Por eso parece razonable que las bicicletas de Cáceres dispongan de un motor eléctrico. Pero aún hay más: ¿qué pasa con los carriles bici? Habrá también que meditarlos.